lunes, 8 de enero de 2024

DE VUELTA A LA RUTINA SIN CAER EN ELLA


Luego de las vacaciones llega ese primer lunes en el cual retornas a tus actividades diarias, a tu rutina, a los mismos correcorre, por eso se llama rutina. Siempre es un desafío y más cuando tienes mucho tiempo haciendo lo mismo. Pero el verdadero desafío consiste en que puedas plantearte volver a la rutina pero sin caer en ella. Es decir, hacer lo de siempre pero con un toque diferente. 
¿Te ha pasado? Varias veces he caído en la rutina,  y varias veces he salido airosa de ella. 

Por Eleonora Zuleta Patiño (">)


La palabra rutina del latín “route” con el significado de “ruta”, pasó al francés como “routine” y así llegó al español designando un camino repetido, una reiteración de acciones, sin cambios importantes, es hacer una misma tarea o actividad muchas veces, de manera casi automática.

También se pudiera decir que la rutina es un mal necesario. Todo es una rutina. Te levantas, te aseas, tomas tu café o desayuno, arreglas todo, te vistes, sales al trabajo... y allí empieza otra rutina: llegas, saludas, arreglas tu escritorio o lugar de trabajo, te pones al día con lo que debes hacer, lo haces, almuerzas, continuas tu labor, termina la jornada laboral. Ahora la rutina de fin de día: Sales del trabajo, vas a casa, o realizar tus actividades extras, regresas a casa, cenas, limpias, te bañas, ves algo de televisión o redes y a dormir hasta el día siguiente para volver a empezar.

Obvio, todo lo anterior cambia según cada persona y núcleo familiar. 

Sin embargo, se puede notar que todo se convierte en mas de lo mismo. Cuando esto sucede se presenta el inconveniente que pierdes toda la motivación interna para seguir adelante. Caes en el "otra vez lo mismo", ¨¡qué fastidio otra vez la escuela o el trabajo!, ¿de nuevo hay que ir para allá?, ¡¿cuándo llegan las vacaciones o el fin de semana?!.  Cuando esto sucede, inevitablemente te atrapó la "Rutinitis Aguda", como lo define el psicólogo Sergio González, del equipo de la página web www.lamenteesmaravillosa.

Varias veces he caído en esa "Rutinitis Aguda", ¡y vaya que ha sido todo un temazo!. Una de las primeras veces que caí en ella fue cuando trabajaba como Guía de Visitas en una reconocida empresa de Venezuela. Realizar ese trabajo durante tres años y medio, me hizo caer en la rutina. Era decir lo mismo a diario. Hasta aburrido me llegó a parecer. Sin embargo, me di cuenta a tiempo. 

Una mañana me pregunté seriamente ¿por qué me enamoró ese trabajo hasta obtenerlo?, ¿qué lo hace interesante para otros? y tras dos días pensándolo (lo recuerdo claramente) encontré la respuesta en la mirada de un visitante: Yo sabia un montón de cosas y datos y tenia el privilegio de estar trabajando entre los mejores del país. Eso hizo clic en mi ser, y de manera inmediata  le di un giro inesperado  a mi rutina. 

Ya no era una rutina, era una aventura diaria con personas increíbles que querían descubrir el mundo en el que me desenvolvía. Ese pequeño gran cambio hizo que disfrutara cada visita al máximo los siguientes años. 

Esa lección se quedó impregnada en mi vida, y a partir de ese momento, cuando  siento los primeros síntomas de la Rutinitis, empiezo a cuestionarme.

Hablemos de síntomas de la Rutina

Consultando varias fuentes de psicología, pude encontrar los siguientes síntomas: falta de motivación, sensación de cansancio, cierta melancolía o nostalgia, cambios de humor, apatía, desencanto. También encontré estas características: 

  • Tu día a día está lleno de las mismas actividades que cumples sin reflexionar. El hecho de cambiarlas o hacer algo diferente te genera ansiedad.
  • Tu mente solo tiene dos estados: estar conectada a las rutinas o distraída. Nunca está centrada en lo que sientes, piensas o necesitas.
  • La mayoría de las veces vives orientado a los demás. Complacer es una rutina más.
  • Tienes la sensación de que la vida se te escapa, de que el tiempo discurre demasiado rápido. Darte cuenta de esto te genera incomodidad, pero al instante dejas ese pensamiento y vuelves a tus tareas.
  • Llegas muy cansado a la cama y cuando lo haces, solo esperas dormirte en seguida para no pensar en nada.

Si tienes algunas o todas las anteriores, pues es momento de actuar. Yo tomé mi propia vía de escape ante ello. y me ha resultado sumamente práctico y positivo. desde ese primer encuentro con la Rutinitis hace más de dos décadas, he tenido nuevos encuentros con ella. Y en todos he logrado salir airosa. 

Cabe hacer una acotación y es que la rutina es necesaria para los seres humanos, pues de lo contrario la vida sería un caos. La rutina nos ayuda desde niños a ser ordenados y prácticos, a aprender nuevas destrezas (pregúntale a un músico por ejemplo), a desarrollar habilidades (mira el ejemplo de Michael Jordan).Y hay personas para las cuales las rutinas son imprescindibles como aquellas que tienen alguna condición médica.

Algunas que hago cuando la rutina aparece es: 

  1. Preguntarme, ¿Qué me enamoró de esa actividad o trabajo?, ¿Qué ven los demás interesante en lo que hago.? 
  2. La siguiente ronda de preguntas es ¿Qué puedo hacer distinto, cómo lo puedo hacer diferente, dónde consigo nuevas fuentes de inspiración?.
  3. A continuación empieza la acción. Me propongo el "hacerlo diferente solo por hoy" y ahí me mantengo un día a la vez de manera diferente. En el ejemplo de cuando era guía de Visitas, muchas veces empezaba la ruta por otro lado, sorprendía a los visitantes con datos o llamaba a personas interesantes de la empresa a participar. Eso me "hacia el día". 
  4. Empiezo un plan de aprendizaje de nuevas técnicas. En mi rol de experta en bienestar consciente, también he llegado a la rutina, pero cuando me pongo a ejecutar mi plan de aprendizaje, el cual consiste en aprender algo nuevo y ponerlo en práctica, ¡todo cambia para mí!.
  5. Procuro hacer algo de manualidades, aprendo una habilidad diferente, veo películas que me dejen un buen mensaje (y con ellos reflexiono y busco ponerlos en práctica).
Por su parte, el psicólogo Sergio González da esta recomendación que me parece muy cierta: "la mejor forma de romper con la rutina y con la planificación tiene que ver con la improvisación. Con realizar actividades novedosas que anticipemos que nos van a gustar, pero también con hacer de vez en cuando alguna que supongamos que no y que los demás, por ejemplo, nos recomienden. Quizás nos sorprenda, una sorpresa que puede ser la mejor solución para debilitar los asideros de la celda en la que nos sentimos prisioneros".

Ya para cerrar, les cuento otro dato. Cuando hay momentos de rutina, busco elevar mis propios estándares. Busco hacerlo mejor, y eso me lleva a retarme y por lo tanto, salir de mi zona cómoda. Este dato lo estoy aplicando desde hace más o menos dos años cuando en lo hice consciente al tomarlo de mi Manual de Vida: la Biblia.

La recomendación valiosa de hoy 

Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, 
como si lo hicieran para el Señor y no para alguien en este mundo.
Colosenses 3:23


Bien, hasta aquí esta publicación. Nos vemos en una nueva entrada con más cosas interesantes que he aprendido y voy a ir compartiendo contigo. 

Nos leemos en una próxima entrega

(“>) Eleonora Zuleta Patiño
    Hija de Dios. Mujer. Aprendiz de la Vida.
    Experta en Bienestar y Alegría
    Licenciada en Comunicación Social
    IG @sireiresvivir 

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