lunes, 15 de enero de 2024

ETIQUETADOS

 

Cada 13 de enero se celebra el Día Mundial del Sticker, entendiendo sticker como calcomanía o pegatina. Esto me hizo pensar además en etiquetas. Una etiqueta es algo que se usa para identificar algo, y en algunos casos a alguien. Este tipo de etiqueta puede ser positiva o negativa, y queramos o no, marca nuestras vidas. 

Por Eleonora Zuleta Patiño (">)

Esto es bueno, aquello es malo, Fulano es flojo, Sutana es inteligente, Perencejo es bruto... Seguramente hemos escuchado esos calificativos a lo largo de nuestro transitar en el mundo. Pero no sólo los hemos escuchado, sino que también le hemos puesto etiquetas a otras personas.
Pero también solemos etiquetarnos, ponernos calificativos. Es por ello que mientras escribía esta publicación, realicé la siguiente pregunta en mis redes sociales, y este fue el resultado:


P: Si te pidieran que te definieras con una palabra, ¿Cuál sería?
R: Deslumbrante, responsable, amorosa, paciente, fortaleza, alegría, humilde, actitud, alegre, generosa, honestidad, optimista, única, sociable, resiliente, amor, exitosa, solidaridad, sinceridad, auténtica, increíble, esforzada, única, fiel, amistosa, amable, esplendorosa, espectacular, amigable.


 Las respuestas anteriores, nos dan a conocer cómo se percibe una persona en un momento determinado. Sin embargo, muchas veces esa respuesta es distinta y eso va a depender de la circunstancia y el entorno. Algunas otras etiquetas que nos ponemos son más bien negativas, por ejemplo: no puedo, no lo sé, no soy capaz, estoy muy vieja, soy bruta para eso, y un largo etcétera.

Esas son las etiquetas que nos ponemos. Unas positivas y otras no tanto. Y ellas nos marcan profundamente en cómo nos desempeñamos. Estas etiquetas incluso las traemos desde la niñez, y esas se nos pegan en el alma, buenas o malas se pegan y cuando queremos deshacernos de una de ellas es una labor larga y a veces complicada.

La psicóloga Valeria Sabater, brinda una definición interesante sobre las etiquetas: Etiquetar es prejuzgar y asignar una serie de expectativas a las que muchos terminamos ajustándonos desde pequeños. Interiorizamos narrativas externas y las hacemos propias, las engullimos y diluimos en nuestra personalidad casi sin darnos cuenta. (...) Las etiquetas son ese primitivo mecanismo que nos permite delimitar (simplificar) la realidad. Cabe señalar que es algo práctico, un recurso esencial para nuestro cerebro con el que poder dar sentido a un mundo casi siempre complejo y difuso. Categorizar, además, nos aporta una clara sensación de control. Es como tener unos puntos cardinales con los que orientarnos en distintos escenarios.


Durante la sesión de Bienestar realizada el sábado 13, trabajé bienestar emocional y mental, donde varios de los ejercicios giraron en función de las etiquetas. Cuando les pedí que se fueran pegando etiquetas imaginarias en el cuerpo por cada palabra u oración negativa que han recibido de otras personas, simplemente sus movimientos se fueron tornando lentos y sus rostros perdieron brillo. Luego, hice un giro al ejercicio y les pedí que se quitaran esas etiquetas y se pegaran etiquetas que representaran palabras, oraciones o frases positivas sobre sí mismas. ¡Todo cambió! Postura, tensión, brillo... 

Al finalizar la sesión el grupo comentó que les llamó mucho la atención que se sintieron pesadas y sin ganas en la primera parte del ejercicio pero que luego todo cambió.

Por su parte la psicóloga, Gema Sánchez Cuevas, hace un interesante aporte sobre este tema de las etiquetas: son la forma más común y rápida que tenemos a nuestro alcance para hacernos una idea de la naturaleza de lo que tenemos delante y hacerlo, además, a simple vista. En este sentido son herramientas muy útiles. Pero etiquetar personas o autoetiquetarse supone asignar una tipología y unas características que pueden ser muy negativas, con independencia de que sean ciertas o no. En algunas circunstancias pueden ayudar, pero en la mayor parte de los casos se limitan a categorizar a alguien sin demasiada precisión. Se asignan así unas características que probablemente no se tengan, aunque pueden llegar a tenerlas solo por la identificación con determinadas etiquetas.

Tomando en cuenta lo anterior, es muy importante prestar atención a las etiquetas que les ponemos a nuestros niños. 

CASO DE LA VIDA REAL: Hace unos años tuve a oportunidad de apoyar a Estela,  mamá de Alfredo y Estefanía (cambié los nombres para mantener la privacidad de la familia). Alfredo fue diagnosticado autista. Para ese entonces poco se sabia al respecto. Esto ocasionó que el desarrollo de la familia se viera algo trastocada. Estela sin querer, siempre hablaba de lo complicado que era tener un niño autista/asperger, que era difícil, que costaba, que Alfredo era necio, desobediente, inquieto, lento para aprender. 

Luego de reunirnos, le hice la observación a Estela y le recomendé cambiar el lenguaje frente al Alfredo, que era momento de empezar a mencionar todos sus aspectos positivos frente a las demás personas. Junto con esta acción le sugerí otras actividades que debían realizar como familia.  Al cabo de las seis semanas que estuvimos trabajando juntos se notó un cambio importante en todos. Cambio que han logrado que todos estén mucho mejor como familia. 

Así, como este caso hay muchos.

Etiquetar o poner nombres no es algo nuevo es algo inherente al ser humano, de hecho todos tenemos un nombre, a algunos le han puesto sobrenombres (apodos). Y lo mejor de esto es que cada nombre tiene su significado. Y esto marca. Y así, curucuteando, encontré este significado de mi nombre: 

Significado de Eleonora

El nombre Eleonora tiene diferentes significados: “Dios es mi luz” (del árabe) “fuerte”, “audaz” y “valiente” (del latín “león”), “compasión” o “piedad” (del antiguo griego), “chispa” (del bretón “elienenn”), “que tiene misericordia” (del provenzal “hellionor”) o bien “antorcha”, “brillante” o “bella como el sol”.  (https://charlies-names.com/es/)


Y tú, ¿sabes cuál es el significado de tu nombre?


La recomendación valiosa de hoy 
Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.
Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo. 
Génesis 3: 19-20 R.V.R.1960

(Dios) Cuenta las estrellas y llama a cada una por su nombre.  
¡Qué grande es nuestro Señor! ¡Su poder es absoluto!
¡Su comprensión supera todo entendimiento!
Salmos 147: 4-5 N.T.V.


Bien, hasta aquí esta publicación. Nos vemos en una nueva entrada con más cosas interesantes que he aprendido y voy a ir compartiendo contigo. 

Nos leemos en una próxima entrega

(“>) Eleonora Zuleta Patiño
    Hija de Dios. Mujer. Aprendiz de la Vida.
    Experta en Bienestar y Alegría
    Licenciada en Comunicación Social
    IG @sireiresvivir 

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