Muchas veces nos desesperamos en las situaciones cotidianas. Nada más frustrante que ver impedidos tus planes por razones que se te escapan de tus manos. Pero como hay que practicar lo que se predica, en el camino de la vida.
Para todos es muy desalentador cuando llegas a un banco y ves largas filas de personas esperando el turno para poder sacar dinero del cajero automático. Sin embargo, es aún más desalentador, ver cómo los 8 cajeros automáticos ¡se quedan sin dinero!
Como es de esperar, múltiples comentarios. improperios, desesperación y una que otra pataleta. En fin. A esperar.
Luego de 30 minutos nada. 45 minutos, nada. Una hora y nada de activación de cajeros automáticos. Es el momento de decidir: Esperar o volver. Al igual que dos docenas de personas más, decidí esperar.
El resultado: una experiencia increíble.
Cuando se es niño cualquier cosa es buena para uno entretenerse. Y nada más mejor si consigues quien te siga la corriente.
Si un niño te busca conversación , ¡aprovecha la oportunidad! pues seguro, segurísimo, viene una lección de vida.
- Descubrimos que sus lentes oscuros y los míos eran diferentes pero iguales
- Jugamos con su pelota que se abre y se convierte en un animalito, llamado Pajaritopajarito. Que cuenta secretos y los guarda, y que además, juega como pelota.
- Pudimos hacer uso de los lentes mágicos para descubrir increíbles cosas en el banco como por ejemplo: zapatos azules, camisas blancas, zapatos naranjas, sandalias, personas con shorts, vestidos y correas.
- Aprendimos que con solo un clic, los lentes se convierten en traductores de mensajes escondidos en los anuncios del banco. Entre esos mensajes, el que titula esta entrada: hoy es un buen día para jugar y vivir.
Luego de esa maravillosa frase, la beba nos dijo a todos las razones por las cuales es un buen día y entre ellas:
- Hay un lindo sol allá afuera, por eso cargo lentes.
- Me puse mi vestido colorido.
- Salí con mi papá.
- Voy a comprar unas cosas, que no recuerdo.
- Puedo jugar.
- Y puedo vivir.
¡Vaya clase en 45 minutos!
Ese aprendizaje fue especial pues el mensaje llegó a todos los presentes allí, quienes ya tenían la atención puesta es este par tan disparejo: una niña de 3 años y una mujer de más de cuarenta, en senda conversación.
Supe que el mensaje llegó, pues logré escuchar algunos de los comentarios.
Luego de esto, la clase acabó pues pusieron el dinero en el cajero automático y dos minutos más tarde, la pequeña maestra de bienestar y alegría de unos tres años, de lentes rosados, vestido naranja y blanco de tirantes, unas sandalias blancas con una rosa de adorno, peinada con un par de colitas, me dio un abrazo muy apretado, me dijo ¡chao, nos vemos mañana! y se fue contenta de la mano de su papá.
Ese aprendizaje fue especial pues el mensaje llegó a todos los presentes allí, quienes ya tenían la atención puesta es este par tan disparejo: una niña de 3 años y una mujer de más de cuarenta, en senda conversación.
Supe que el mensaje llegó, pues logré escuchar algunos de los comentarios.
Luego de esto, la clase acabó pues pusieron el dinero en el cajero automático y dos minutos más tarde, la pequeña maestra de bienestar y alegría de unos tres años, de lentes rosados, vestido naranja y blanco de tirantes, unas sandalias blancas con una rosa de adorno, peinada con un par de colitas, me dio un abrazo muy apretado, me dijo ¡chao, nos vemos mañana! y se fue contenta de la mano de su papá.
Nos leemos en una próxima entrega
(“>) Eleonora Zuleta Patiño
(“>) Eleonora Zuleta Patiño
Hija de Dios. Mujer. Aprendiz de la Vida.
Fundadora de Reír es Vivir
Fundadora de Reír es Vivir
Maestra Practicante en Bienestar y Alegría
Miembro Experto del Consejo Universidad Virtual de la Risa (LOU)
Miembro Experto del Consejo Universidad Virtual de la Risa (LOU)
Maestra Avanzada Practicante en Yoga de la Risa.
Profesora de Yoga para Niños y Familias
Facilitadora Internacional en Manejo de Grupos
Licenciada Comunicación Social
Técnico en Publicidad
