lunes, 20 de abril de 2015

Cada día está lleno de decisiones, ¡y oportunidades!

Cualquiera puede llegar a pensar que al hablar de "tomar decisiones" solo nos referimos a circunstancias de mucha envergadura, cuando en realidad se trata de un acto constante y la mayoría de las veces, inconsciente. Es una decididera permanente, a cada momento, por casi todo en nuestra vida cotidiana. Y digo casi, pues hay cosas en las cuales es imposible decidir como por ejemplo respirar. Y sin embargo, hay personas quienes toman la decisión de dejar de hacerlo. La vida es un constante fluir de decisiones, ¿lo habías pensado?, seguramente tu respuesta es negativa, yo tampoco hasta que decidí escribir sobre este tema. ¡Menudo dilema!
Por Eleonora Zuleta Patiño (“>)

Levantarte, ir al trabajo o a estudiar, qué ponerte de vestir, qué comer, qué hacer, qué decir, qué aceptar, qué responder, qué preguntar, qué _____________ ... (puedes llenar ese espacio con cualquier cosa); son cosas o ámbitos en los cuales decidimos constantemente. Lo podemos hacer o no; hacerlo en este instante o más tarde; lo hacemos nosotros o lo delegamos; pedimos ayuda o lo hacemos solo; consultamos a todos  o a solo unos pocos; nos arriesgamos  o nos quedamos igual; me quedo contigo o nos separamos; nos mudamos o nos quedamos aquí; el carro azul o el blanco; una casa o un apartamento; huevos fritos o revueltos; pan o cereal; y un largo etcétera.

En el ámbito empresarial, muchas veces creemos que solo los gerentes, presidentes o jefes son los únicos responsables de tomar decisiones. Nada más alejado de la realidad, todos los que laboren en una empresa toman a diario decisiones, solo que algunas son más notorias que otras, o acarrean un impacto mayor que otras. 

En casa, se suele achacar las decisiones a los padres (mamá y papá) pero cada integrante hace su aporte de decisión cotidiana, con unos resultados que llegan a interferir en las actividades cotidianas. 

En la relación de pareja, la historia se pone un poco compleja, pues las decisiones deberían tomarse en conjunto, pues de lo contrario traería consecuencias, muchas veces, nada agradables.

Con base a lo anterior, podemos decir que, además, hay decisiones que pudiéramos llamar, sencillas, complejas o decisivas, todo en función de las consecuencias o resultados derivados de ellas. Hay decisiones cotidianas, de emergencia, estratégicas, operativas, programadas, no programadas y muchas más... De eso hay un montón de páginas web que hablan del tema, aquí solo las voy a mencionar. 

Desde el punto de vista del bienestar, las decisiones son oportunidades para ponerte en el "aquí y en el ahora"; oportunidades para hacerte más consciente de tu proceder,accionar, pensar y actuar.

Las decisiones, grandes o pequeñas, te ubican frente a un número determinado de opciones dentro de las cuales debes seleccionar una a lo sumo dos. Cuando estás consciente y ¡ubicado en el aquí y el ahora, te permite elegir la opción que en ese momento consideras la más acertada. 

Para mí, cualquier decisión que tu tomes es la más acertada para ti, pues la tomaste tú. Habrá quien diga lo contrario, pero a fin de cuentas es tu vida, son tus actos, son tus consecuencias, son tus responsabilidades.

La reacción que conlleva toda decisión es una consecuencia, positiva o negativa en ella. Puede ser buena o mala. Pero es una experiencia, un aprendizaje, una oportunidad de crecer. sin duda alguna, hay decisiones que acarrean una consecuencia negativa o fatal para una o muchas personas. Generalmente estas decisiones son tomadas desde la emocionalidad del momento, sin que intervengan el razonamiento y la lógica. Claro, hay decisiones que deben tomarse de forma inmediata, como por ejemplo una emergencia. 

Si me preguntas  ¿cuál es la mejor manera de tomar una decisión?, simplemente te respondo que solo tu lo sabes. puede ser con "piedra-papel-tijera"; los dados, por la consulta a un "vidente"; preguntando a un astrólogo, realizando una espina de pescado, la programación lineal, la teoría del juego, la técnica de Montecarlo, la línea de espera, Pareto, etc., etc., etc.

Las decisiones que tomes, sin duda alguna, marcarán tu siguiente instante (a corto, mediano o largo plazo), y es tu madurez emocional y mental, la que dictará el cómo asumas las responsabilidades que conllevan. 
Si bien es cierto que muchas veces la decisión que tomamos nos lleva por caminos tortuosos, también es cierto que en algún punto del mismo se te presentará una nueva oportunidad de decidir si sigues o cambias el rumbo. Solo hay que estar alertas para verlas. Presentes para tomarlas. Dispuestos para ejecutarlas.

La próxima vez que estés en frente a una decisión, sea cotidiana o de gran importancia es bueno que tomes un instante para visualizar, así sea rápidamente las opciones, consecuencias y posibles resultados (algunos llaman a eso tener "cabeza fría"). También debes tener en cuenta tu actitud hacia la decisión y hacia el resultado o consecuencia. Procura que sea la más positiva posible, eso te ayudará a crecer.

La asistencia a las terapias de Bienestar y Alegría que dirijo semanalmente, le han permitido a docenas de personas hacerse conscientes de los momentos en los cuales deben tomar una decisión. También les ha ayudado a asumir con más calma los resultados de las mismas, haciéndolos más asertivos y equilibrados emocional y mentalmente hablando. Les ayuda a cambiar la actitud incluso ante las decisiones de los demás. Ese es otro tema.

Decidir es una gran decisión, no hacerlo también es una decisión.


Nos leemos en una próxima entrega

(“>) Eleonora Zuleta Patiño
    Hija de Dios. Mujer. Aprendiz de la Vida.
     Fundadora de Reír es Vivir
    Maestra Practicante en Bienestar y Alegría
    Miembro Experto del Consejo Universidad Virtual de la Risa (LOU) 
    Maestra Avanzada Practicante en Yoga de la Risa.
    Profesora de Yoga para Niños  y Familias
    Facilitadora Internacional en Manejo de Grupos
    Licenciada Comunicación Social
   Técnico en Publicidad