lunes, 27 de abril de 2015

¡Cambio! ¿Pesadilla o sueño?

Bien sea por voluntad propia o por circunstancias externas ocurren cambios en nuestras vidas. Si son para bien o para mal eso depende de la actitud con la cual lo enfrentas. Si lo asumes como una pesadilla, lo más seguro es que todo a tu alrededor se derrumbe ante tus ojos y te sea casi imposible encontrar una salida, una oportunidad de salir adelante. Si lo asumes como una oportunidad, seguramente verás que encuentras opciones, que hay cosas mejores, que puedes, incluso, hacer cosas que antes te era imposible. He pasado por ambos estadios y me quedo con la segunda opción. Y así llevo casi una década de vida, viviendo mis mejores momentos, un día a la vez, sacando lo mejor de cada cambio que he vivido.
 Por Eleonora Zuleta Patiño (“>)
Un cambio, por leve que sea, siempre genera una alteración en la rutina diaria. Cambiar de habitación, habitación, casa, ciudad, país, oficina, empleo, de jefes, de pareja, de manera de comer, de moverse, de pensar, de amigos..., son casi infinitas las opciones de cosas que cambian en nuestras vidas casi que a diario. Y si lo dudas, simplemente visita la página de la Real Academia de la Lengua, y pon la palabra CAMBIAR, y allí solamente hay 14 definiciones para ello. (Ingresa aquí)

Otra de las cosas que me llaman la atención es cómo los cambios nos afectan cuando estos le suceden a otras personas cercanas a nosotros. Y cómo nuestros cambios influencian en los demás. Interesante. Inevitable. 
En algunos casos la influencia es positiva en otros pues irremediablemente negativa. Pero esto no es una excusa para evitar cambiar en un momento determinado. Muchas personas se paralizan ante la simple idea realizar un cambio en sus vidas. 

He visto personas aterradas ante un cambio de empleo, o de casa. Y he visto el lado opuesto de la moneda, personas motivadísimas por ello. Me encantan las segundas. Ellas son ejemplo de cómo puedes ampliar tus perspectivas ante la vida y su constante variación de opciones. generalmente son ellas las que impulsan las grandes oportunidades, generan confianza en los demás, promueven acciones positivas y, aunque parezca extraño, generan cierta aversión en los pesimistas por naturaleza. 

Hace algunos años atrás, me sucedió un episodio con eso. Ese año un compañero sería jubilado en la empresa. Cuando nos contó en la oficina que ya le habían informado que comenzaría su proceso de jubilación yo me alegre y lo felicité. Un compañero de oficina,  por el contrario, casi me traga por mi comentario. Me dijo que era una insensible, que cómo era posible que me alegrara porque un amigo se fuera. 
Para colmo, ese mismo día nos dijeron que pronto vendría una persona de otra de las plantas a realizar su entrenamiento para ocupar el cargo de quien era jubilado. Nuevamente me alegré pues conocería otra persona. Adivinen. Si, de nuevo casi me tragan. 
Lo lindo de esta historia es que el implicado (a quien jubilarían) estaba de acuerdo conmigo y sin mediar palabras más salimos juntos contentos por los cambios. Hablando de las posibilidades, las opciones. Hoy día, casi tres lustros después mi amigo está haciendo justo lo que pensó ese día: disfrutar de la vida, sus hijos, nietos, jugar softbol, disfrutando de las actividades de los jubilados de esa empresa, y, además, siendo contratista en dicha empresa como experto en varios temas. 

Desde el Bienestar, un cambio es una oportunidad para sacar el mejor provecho de ti y de tu vida. Es darse el chance de explorar nuevas opciones y probar nuevas cosas. Es todo sobre tu actitud. Sobre el cómo enfrentas la situación.Buena o mala es tu elección, solo debes recordar que: Todo en la vida es un constante cambio. 

Si el cambio es por tu decisión o si viene por decisión de otro pues busca siempre la manera de ver el lado positivo de ello. Por dura o difícil que sea el cambio o situación que lo propicia.
Con esto no quiero decir que no pueda llegar a doler, molestar o incomodar, no que esté ignorando esa posibilidad. Me estoy refiriendo a cuál es tu actitud ante ello. Otro punto, si decides sufrir por el cambio, entonces, decide cuánto tiempo quieres permanecer en el dolor, pero hazlo de manera consciente, y al finalizar el tiempo estipulado, pues comienza con una nueva actitud, de preferencia, positiva.


"Resistirse a cambiar es como resistirse a vivir. 
Permitirse cambiar con alegría 
es permitirse vivir de manera fluida y positiva".



Nos leemos en una próxima entrega

(“>) Eleonora Zuleta Patiño
    Hija de Dios. Mujer. Aprendiz de la Vida.
     Fundadora de Reír es Vivir
    Maestra Practicante en Bienestar y Alegría
    Miembro Experto del Consejo Universidad Virtual de la Risa (LOU) 
    Maestra Avanzada Practicante en Yoga de la Risa.
    Profesora de Yoga para Niños  y Familias
    Facilitadora Internacional en Manejo de Grupos
    Licenciada Comunicación Social
   Técnico en Publicidad