Por Eleonora Zuleta Patiño (“>)
Según la teoría de la Ley de Atracción, aquello de lo que constantemente hablas llega a ti, sea prosperidad, salud, enfermedad o pobreza. y si prestamos atención a ello tiene mucho de real. En los círculos sociales en los cuales nos movemos lo podemos notar. Si estamos en una reunión con amigos o conocidos, generalmente el tema de conversación que primero sale a relucir es la situación económica, seguido muy de cerca de las diferentes enfermedades (propias o de personas cercanas), en tercer lugar el largo listado de defectos de alguien incluyendo tus hijos y familiares, como cuarto y y último, en este caso, tus propios defectos (físicos, mentales, intelectuales y emocionales incluyendo los supuestos fracasos).
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, quejarse es manifestar disconformidad con algo o alguien, ¡y mira que lo hacemos muy bien de casi todo!, nos quejamos de: el clima, el dinero, la figura o estado físico, de lo que no tenemos, de lo que tenemos, de lo pasado, de lo difícil del futuro, el tiempo, la música, el sol, la lluvia, el día, la noche. Cuando esto sucede, es común que al final nos sintamos más pesados y hasta tristes que al principio, es como si nos pusieran mil kilos de peso en la espalda.
Hablar de nosotros mismos, puede caer en los dos extremos: o nos enfocamos en sobre valorar las virtudes (incluso hasta las inventamos) o nos enfocamos en los defectos de todo tipo (incluyendo los inexistentes): es que estoy muy gordo... es que esta celulitis... es que estas canas... es que las arrugas... es que la ropa me queda horrible... es que esta enfermedad... es que estoy muy viejo para eso... es que qué dirán si... es que ...
Este hábito nos aleja de una visión equilibrada de cada uno de nosotros. Si, todos tenemos virtudes y defectos, es cierto, pero lo importante aquí es ser justos con ellos.
Por otro lado, cuando conversamos con otros delata nuestra cultura, educación, valores, principios. Y de eso hemos sido testigos en múltiples ocasiones. Una frase que he escuchado desde pequeña fue: "deja de ser boca sucia" refiriéndose al uso de malas palabras o groserías, o palabrotas, o palabras soeces. Un boca sucia es alguien que de 20 palabras en una frase, 45 son groserías. ¡Yo los he escuchado en todas las edades, estratos sociales, géneros y cargos empresariales! y seguramente tú también los has escuchado.
La cultura se refleja en la variedad de temas que puedas abarcar o tocar. La educación se refleja en la calidad de los contenidos en temas específicos y que generalmente viene relacionado con la carrera profesional de la persona.
Principios y valores los reconoces en una conversaciones cuando existe un respeto hacia el otro, en el uso de las palabras y normas de cortesía (sí, siguen vigentes aunque pocos las usan).
La regla de tres a uno
Las palabras que usamos tienen un peso es nuestras vidas. Positivo o negativo. Según las usemos será el resultado. Una vez escuché decir a uno de mis amigos, un maestro de bienestar, que para contrarrestar cada palabra o pensamiento negativo debes usar tres palabras o pensamientos positivos. Esto es un trabajo de conciencia. De estar presentes en el aquí y en el ahora. Particularmente, lo he usado y funciona muy bien.
En mi vida personal, la regla 3 x 1 me funciona. A veces me observo conversando de algo negativo y de inmediato lo combato con tres frases o comentarios positivos. También me he sorprendido pensando en negativo, y acto seguido acudo a al menos tres recuerdos felices.
Calladito te ves más bonito
Cuando te encuentres atrapado en una conversa negativa tienes dos opciones: huyes o callas. Aunque por ahi dirán que el que calla otorga, pero si no puedes aportar valor mejor reserva tus comentarios.
Otro recurso que he usado es cantar. Recurro a mi repertorio de canciones fraccionadas y empiezo a tararearlas, es divertido.
Una anécdota. Hace un tiempo estaba en el supermercado, y alguien empezó a quejarse por una situación específica, acto seguido, un montón de personas se unieron a la conversa negativa. Al darme cuenta, primero me hice oídos sordos (oídos de pescado), sin embargo, el ambiente era más pesado. Así que decidí salir de ese instante. Lo que hice, empecé a conversar de un tema positivo, fue el logro de un deportista. Como por arte de magia, el tema pasó de negativo a positivo. La persona que había iniciado lo negativo trató de volver al negativo, pero de nuevo introduje un tema positivo: música y músicos exitosos... al cabo de unos instantes esa persona no encontró más personas afines, y cuando me percaté, se fue del lugar. Me imagino que a buscar más negatividad para alimentarse.
Una palabra positiva es capaz de construir un buen instante,
una palabra negativa es capaz de destruir a cualquier persona.
Eres dueño de lo que dices y de los resultados.
De allí que sería muy provechoso hacer una buena conexión
entre el cerebro consciente y la boca.
Nos leemos en una próxima entrega
(“>) Eleonora Zuleta Patiño
(“>) Eleonora Zuleta Patiño
Hija de Dios. Mujer. Aprendiz de la Vida.
Fundadora de Reír es Vivir
Fundadora de Reír es Vivir
Maestra Practicante en Bienestar y Alegría
Miembro Experto del Consejo Universidad Virtual de la Risa (LOU)
Miembro Experto del Consejo Universidad Virtual de la Risa (LOU)
Maestra Avanzada Practicante en Yoga de la Risa.
Profesora de Yoga para Niños y Familias
Facilitadora Internacional en Manejo de Grupos
Licenciada Comunicación Social
Técnico en Publicidad