Por Eleonora Zuleta Patiño (“>)
Ya estamos a poco más de mitad de enero de 2016 y seguramente hemos realizado nuestros planes, proyectos, propósitos y metas a alcanzar. Se trata de una serie de ideas que queremos llevar a cabo para saber así que hemos crecido, que hemos aprendido a sobre llevar las adversidades en pro de nuestros propósitos.
Sin embargo, muchas de ellos no las cumpliremos en este y seguramente tampoco en el próximo año y que seguramente traemos a rastras de años anteriores.
Si fuésemos observadores, auto observadores, podríamos visualizar con claridad cuáles son esas promesas que siempre hacemos y que casi nunca cumplimos. Esto nos ayudaría mucho para poder ser asertivos al momento de crear nuestra nueva planificación, y además permitirnos ser más reales y sinceros con nosotros mismos. Lo cual a fin de cuenta se traduce en una mejor percepción de nosotros mismos y por ende, nos refuerza nuestra propia estima.
Planificar los propósitos y promesas de año nuevo, muchas veces fracasan pues las hacemos con las premuras de un ciclo que termina y con la euforia de las fiestas decembrinas. Bajo ambas emociones es casi imposible ser objetivo con lo que plasmamos. Es en este sentido que me parece prudente poder realizar nuestro plan de vuelo de 2016 en estos días, donde ya no tenemos ni prisas ni fiestas ni rituales que cumplir.
Si ya los hiciste, pues es un momento ideal para leerlos, cabeza fría, y ser sinceros con nosotros mismos (sí, con nosotros, no con otros) y replantearlos de ser necesarios, otros habrá que quitarlos de la lista pues seguramente no lo haremos; otros a lo mejor ni siquiera están plasmados.
Hacer este trabajo nos permite ser menos estrictos con nosotros mismos y darnos la oportunidad de vivir con alegría cada día. Es flexibilizarse. Además, nos evitará toda una serie de prejuicios y auto juzgamientos negativos a fin de 2016, que en lugar de ayudar nos puede entorpecer nuestro crecimiento personal.
El plasmar las promesas en un papel nos da una especie de guia o bitácora de viaje en este nuevo ciclo, pero sería interesante que las pudiéramos escribir en lápiz de grafito el cual nos permite corregir, ajustar, eliminar sin dejar mayores rastros en el papel, y aunque no lo parezca, en nuestras emociones.
Cuando planifiques tus propósitos de año nuevo,
hazlo fuera de las fiestas decembrinas y sin el apuro que trae.
Ello te permitirá pensar mejor y con detenimiento
lo que realmente puedes y quieres hacer.
Nos leemos en una próxima entrega
(“>) Eleonora Zuleta Patiño
Hija de Dios. Mujer. Aprendiz de la Vida.
Fundadora de Reír es Vivir
Maestra Practicante en Bienestar y Alegría
Miembro Experto del Consejo Universidad Virtual de la Risa (LOU)
Embajadora del Movimiento Mundial de Yoga de la Risa
Maestra Avanzada Practicante en Yoga de la Risa.
Profesora de Yoga para Niños y Familias
Facilitadora Internacional en Manejo de Grupos
Licenciada Comunicación Social
Técnico en Publicidad