Cuando comienza un año escolar, por lo general uno sueña con tener todo nuevo; lápices, cuadernos, uniforme, libros y la cartuchera. Esta última guarda lo necesario para plasmar en papel los sueños, anhelos y aprendizajes, para darle color y decorar lo simple. Sin embargo, a veces no se compra una nueva, sino que toca usar la anterior, ante ello sólo queda una cosa por hacer: ¡Sacar de la cartuchera lo que no sirve! Entonces, ¿qué sacas de tu cartuchera?
Por Eleonora Zuleta Patiño (¨›)
¡Saca lo que quieras de tu cartuchera! Esta frase forma parte del juego infantil "piedra, papel o tijera", en una versión que nos mostraron las niñas participantes de la sesión del sábado 21 de enero. Y por supuesto, como Maestra Experta en Bienestar, eso me dio la oportunidad de sacar un juego y un aprendizaje.
Aun estamos realizando esas sesiones especiales en las cuales brindo recomendaciones para enfrentar este nuevo año calendario. Cada una es divertida (pero no es diversión), movida, muy reflexiva y con un aprendizaje que puedes usar en tu vida diaria (y así nos lo hicieron ver varias participantes).
Pero, ¿qué es la cartuchera? y ¿qué puedo sacar de ella?. Veamos. En este ejercicio la cartuchera es tu mente. Y en ella están guardados los pensamientos y emociones, y justamente eso es lo que puedes sacar de allí, los pensamientos y emociones.
Durante este ejercicio, totalmente dinámico y alegre (visita y síguenos en nuestra cuenta de IG), cada participante fue pensando en aquellas emociones y pensamientos que, de una u otra manera, impidieron el año pasado alcanzar las metas propuestas. Allí pudimos observar que muchos son recurrentes y además, están presentes en casi todos los asistentes, sin importar la edad, había participantes entre seis y ochenta años.
Una cartuchera llena de marcadores (plumones) secos, tijeras que no cortan, reglas dañadas, sacapuntas oxidados, lápices que se les quiebra la punta, caja de colores incompleta; se convierte en un verdadero dolor de cabeza de cualquier estudiante. Eso crea frustración y hace más difícil ejecutar algún proyecto.
Ahora bien llevemos esos referentes a la vida diaria. En nuestra mente nos encontramos con sueños quebrados, estamos desactualizados en múltiples temas, nos quedamos sólo con aquello que nos hace sentir "cómodos" (como doblados y sin avanzar), dejamos de probar nuevas cosas. Sentimos miedo, inseguridad, rabia, frustración. Postergamos (no me gusta la palabra procastinación); vivimos en el eterno pasado-futuro. Estamos cargados de "no se puede", "estás muy viejo", estás muy joven", "te volviste", "eso es imposible", "no me creo capaz". Pues bien eso y más, sacamos de la cartuchera; una serie de pensamientos y emociones que nos limitan., lo que llaman una creencia limitante.
Según Frederick Lederman, en su libro el poder de la autodisciplina, una creencia limitante, es una convicción personal que tienes, que consideras que es una verdad que existe, que te ha afectado y que al mismo tiempo te impide ver oportunidades.Te mantiene atascado y reduce tus oportunidades de lograr lo que quieres (...) las generamos desde que éramos niños y nunca las cuestionamos, nos acompañaron durante todo nuestro crecimiento y nos fueron limitando en múltiples aspectos.
Pues bien, eso fue lo que hicimos, nos dimos cuenta de aquello que nos ha limitado y, con un sencillo ejercicio, lo sacamos fuera de la cartuchera al decirlo y gestualizarlo.
Ahora, ¡a llenar la cartuchera!
La recomendación valiosa de hoy
